Recientemente he sido invitado a intervenir en el IV Foro Europeo del Transportista Michelin, celebrado en Aranda de Dueró, lo que me ha inspirado para reflexionar y hacer balance del estado actual de la industria europea del transporte y la logística.

Desde mi posición de Consejero Delegado de una de las principales empresas del mercado, he sido testigo de la transformación del sector y de la creciente importancia de la sostenibilidad y el comercio mundial.

El sector logístico europeo es una fuerza significativa, que aporta 900.000 millones de euros al valor del mercado y da empleo a 7 millones de personas. Su impacto en el PIB de la UE es de un impresionante 7%, y el transporte representa la mitad de esta cifra.

Sin embargo, los últimos años han traído retos sin precedentes causados por acontecimientos enormemente perturbadores, como los efectos duraderos de la pandemia de COVID, de la que China apenas está empezando a recuperarse. La escasez de semiconductores, el cambio climático, la elevada inflación en la eurozona y las tensiones geopolíticas, sin olvidar la brutal guerra de Ucrania, han desestabilizado las cadenas de suministro mundiales y afectado gravemente al mercado europeo del transporte y la logística.

Aunque hemos asistido al descenso de los fletes y al cierre de varias empresas de transporte, se han producido fusiones y adquisiciones entre los principales actores. Por ejemplo, CMA-CGM ha superado a Maersk con la adquisición de Bolloré y Ceva ha adquirido Gefco, lo que demuestra la regla de la supervivencia del más fuerte en el mercado actual.

Los precios del gasóleo se han suavizado algo tras una volatilidad sostenida, pero siguen siendo elevados en comparación con 2021. Los bienes de equipo vitales, como las cabezas tractoras, los remolques y las piezas de recambio, se han encarecido cada vez más, con subidas de precios de dos dígitos. El Paquete de Movilidad de la UE también ha empujado a las empresas de transporte a reconsiderar los países en los que deciden operar su flota, lo que a su vez repercute en los costes y el medio ambiente, provocando un aumento de los kilómetros recorridos en vacío. La crisis del coste de la vida en toda Europa también está empujando al alza las demandas salariales en 2023. Además, el acuerdo del Brexit ha introducido complejidades y mayores costes para el comercio y las cadenas de suministro entre el Reino Unido y la UE.

Sin embargo, en medio de todas las crisis y conflictos también hay buenas noticias. Tras un año de disputas entre el Reino Unido y la UE, se vislumbra una solución al Brexit, gracias a un nuevo enfoque acordado en torno a la frontera del mar de Irlanda y a una relación más empresarial entre Macron y Sunak. 

El mundo de la logística ya se ha adaptado al hecho de que, debido al Brexit, la libre circulación de mercancías entre la UE y el Reino Unido ha cesado desde el 1 de enero de 2021. El acuerdo del Brexit ha provocado muchos cambios para el comercio y las cadenas de suministro entre el Reino Unido y el continente. En pocas palabras, se ha vuelto más caro y más complicado. Ahora hay que tener en cuenta costes adicionales y retrasos en las importaciones y exportaciones, lo que encarece las mercancías. Mientras tanto, el coste del transporte también ha aumentado, entre otras cosas porque muchos conductores continentales se muestran reticentes y, en algunos casos, se niegan en redondo a transportar mercancías al Reino Unido debido a los graves retrasos que sufren en comparación con los tránsitos intracomunitarios, más sencillos y lucrativos. 

Frente a estos retos, el sector logístico ha dado muestras de resistencia, manteniendo las cadenas de suministro incluso bajo una presión extrema. Sin embargo, quedan más obstáculos por delante, como los que se plantean en el segmento de la alimentación y los posibles cierres de fábricas en el sector británico del automóvil. Para quienes operamos en el segmento alimentario y en la industria láctea y cárnica en particular, se avecinan retos más específicos. Tras haberlo pospuesto cuatro veces desde el 1 de enero de 2021, el Reino Unido ya no podrá evitar los controles físicos de las importaciones de alimentos a partir del 31 de octubre de 2023. A partir de esa fecha, deberá cumplir como miembro de la OMC en paralelo con el resto de la UE.

El sector británico de la automoción no es inmune a nuevas perturbaciones, con el fantasma del posible cierre de nuevas fábricas de Stellantis y Jaguar si el Reino Unido no renegocia partes clave del acuerdo de Brexit. Además, resurgen las normas de origen en la fabricación de vehículos eléctricos, que amenazan con una penalización arancelaria del 10 % si no se cumplen las condiciones.

 "La normativa establece que el 45% del valor de un vehículo eléctrico debe proceder del Reino Unido o de la UE a partir de 2024 para evitar sanciones. Si el coste de la fabricación de vehículos eléctricos en el Reino Unido deja de ser competitivo y se vuelve insostenible, las operaciones cerrarán". Fuente: Motor Transport, mayo de 2023

Según el jefe del Brexit de la UE, Marcos Sefcovic, el acuerdo actual no se renegociará antes de 2026.

La guerra en Ucrania está causando además nuevos trastornos, sin que se vislumbre el final. De hecho, el 24 de febrero de 2023 se cumplió un año de la invasión rusa. Mientras la UE ha puesto en marcha su décimo paquete de sanciones, las empresas de logística, los transportistas y los puertos siguen intentando adaptarse a la crisis y a las restricciones y cambios que ha traído consigo. Rápidamente se establecieron nuevas rutas de transporte para abastecer a Ucrania de ayuda y otras mercancías, y como resultado podemos afirmar positivamente que, a pesar de los continuos retos, la logística está creciendo en beneficio de las personas y la economía. 

¿Adónde vamos ahora?  

El estancamiento de la demanda de transporte de mercancías desde el cuarto trimestre de 2022 ha continuado en 2023, aplanando la curva de escasez de conductores... por ahora. Pero nada ha cambiado en las perspectivas a largo plazo de la profesión. La proporción de conductores jóvenes sigue siendo extremadamente baja. Cualquier salto en la demanda de las economías europeas agravará aún más la escasez de conductores, lo que a su vez limitará el crecimiento económico. No podemos apartar los ojos de la pelota y tenemos que seguir presionando para encontrar soluciones estructurales rápidas a la escasez de conductores. 

A pesar de la relajación de la demanda, las presiones de la oferta siguen erosionando la capacidad y, aunque los costes del combustible han descendido desde su máximo de 2022, siguen siendo elevados en comparación con 2021. En cualquier entorno empresarial que experimente fluctuaciones, es vital ofrecer coherencia en las operaciones cotidianas, y esto puede lograrse recurriendo a socios de confianza y a la tecnología moderna. 

Ahora es un momento óptimo para incorporar las ventajas de la automatización a la vida cotidiana de las empresas de servicios financieros, los transportistas y los transportistas. La automatización debe complementar, no sustituir, el uso de personas de primera clase, apasionadas y comprometidas que presten un excelente servicio al cliente. Esto es especialmente relevante dada la naturaleza de la industria y su gran dependencia de la administración y las operaciones administrativas. Los procesos manuales anticuados y complejos ralentizan la velocidad de pago y hacen que todas las partes de la cadena de suministro sean más vulnerables al fraude. La incorporación de la automatización con supervisión humana permitirá un proceso más fluido para todas las partes implicadas en la cadena de suministro, al tiempo que aumentará la protección. Las estadísticas clave en resumen:

Fuente: Transport Intelligence, Transporte europeo, informe sobre tamaño y crecimiento del mercado: Mayo 2023

Entonces, ¿cómo optimizar las tendencias actuales, anticiparse a los nuevos retos y construir una industria europea del transporte y la logística más fuerte?

Desarrollar las infraestructuras y eliminar los cuellos de botella: 

Promover políticas que reconozcan la necesidad de flexibilidad y eficiencia en todos los modos de transporte e incentivar el desarrollo de infraestructuras de transporte mediante la creación de corredores de tránsito en toda Europa. Escalar al más alto nivel, utilizando la considerable influencia de gigantes corporativos, como Michelin, insistiendo en que los franceses contribuyan al renacimiento de la intermodalidad en y a través de Francia. Invertir el abandono literal del transporte intermodal por parte de los sucesivos gobiernos, a pesar de los comentarios verbales y políticamente correctos.

La logística es vital para el comercio mundial:

Hacer campaña para que gobiernos, fabricantes y consumidores reconozcan el papel que desempeña la logística en el comercio mundial. Al mismo tiempo, retar a los transportistas a que revisen la eficiencia de su red de transporte mundial y empiecen a deslocalizar algunas de sus actividades y puestos de trabajo hacia mercados más locales. Esto permitirá frenar o incluso evitar algunas de las grandes perturbaciones de los últimos tres años. 

Mejorar la eficiencia de la industria:

Sensibilizar sobre la importancia de unas cadenas de valor logísticas mundiales eficientes y respaldadas por normas mundiales. Creo firmemente que aquí es donde tenemos que encontrar alguna sinergia entre los socios del transporte y la logística.

Mercado interior de la UE:

Dar prioridad a la realización del mercado interior de la UE para todos los servicios logísticos, reforzando una igualdad de condiciones inteligente y sensata en Europa. Luchar contra el deterioro excesivo, inducido por Francia, de la libertad de los conductores para elegir dónde dormir, entre otras frustraciones.

Reducir la Administración improductiva:

Reducir la excesiva burocracia a la que están sometidos los conductores de mercancías, con Francia a la cabeza de la embestida contra los conductores de la UE. Garantizar una aplicación adecuada de la legislación contra las empresas corruptas, ¡no contra sus conductores! Y no me hagan hablar de cómo el Brexit ha añadido una enorme burocracia al movimiento de mercancías desde el Reino Unido a la UE.

Agenda de descarbonización:

Seguir desarrollando una ambiciosa agenda de descarbonización. La escala de transformación necesaria para descarbonizar nuestro sistema de transporte europeo no tiene precedentes y su aplicación es muy costosa, mientras que, siendo realistas, el clima ya está cambiando. Una vez más, la multimodalidad a través y dentro de Europa y Francia es una parte importante de la respuesta, al igual que los compromisos de desarrollo para probar y ampliar alternativas sostenibles a los impuestos sobre el combustible y el fomento de la transparencia de las agencias gubernamentales para generar confianza pública.

Agenda tecnológica:

Impulsar la innovación y la normalización, fomentando la automatización e introduciendo herramientas digitales en todo el sector, preservando al mismo tiempo el factor humano y la colaboración entre cargadores y proveedores.

Ciberseguridad:

Destacar la importancia de la interoperabilidad y las normas, junto con una mayor seguridad (cibernética) para unos servicios logísticos eficientes.

En resumen, aunque el sector se enfrenta a retos como las interrupciones de la cadena de suministro, la escasez de conductores y el aumento de los costes, podemos impulsar un cambio positivo y dar forma al futuro del transporte y la logística. Adoptando la innovación, fomentando la colaboración y abordando las principales áreas de preocupación, podemos construir un sector resistente y sostenible.

Naveguemos juntos por estas incertidumbres y trabajemos para encontrar soluciones y un futuro mejor para el sector del transporte y la logística.

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