A lo largo de una carrera de casi cincuenta años en el negocio del transporte europeo, siempre he sido un gran defensor del transporte intermodal. A pesar de sus muchos retos, creo firmemente en el importante papel que desempeña su continuo desarrollo en la transformación positiva de la industria.

Por definición, el transporte intermodal de mercancías consiste en transportar mercancías en una sola unidad de carga, como un contenedor, una caja móvil o incluso un remolque de carretera adaptado, utilizando una combinación de carretera, ferrocarril y vías navegables. Este enfoque tiene el potencial de optimizar las ventajas relativas de cada uno de los modos en términos de flexibilidad, velocidad, costes y rendimiento medioambiental. Desde 2014 hasta la interrupción de covid en 2020, la financiación total de la UE, a través de diversos organismos de apoyo al desarrollo intermodal, ascendió a unos 1.100 millones de euros.

Esta importante inversión refrenda el compromiso financiero de la UE de apoyar las mejoras del transporte intermodal de mercancías y reducir las cargas reglamentarias. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para equiparar el transporte intermodal al tradicional por carretera. La Comisión Europea aún tiene que ultimar una estrategia específica de la UE sobre intermodalidad como parte de sus estrategias más amplias sobre la descarbonización del transporte de mercancías mediante el cambio modal.

Es alentador ver que la Comisión Europea ha fijado unos objetivos muy ambiciosos para 2030 y 2050 en cuanto al aumento del uso del ferrocarril y las vías navegables europeas, y espero que se basen en simulaciones sólidas sobre el grado de cambio modal que podría alcanzarse de forma realista. Los Estados miembros siguen centrados en sus propios objetivos nacionales, pero hay indicios de que cada vez trabajan más para alinearse con la UE en forma de estrategia unificada.

Como una muestra más de su compromiso, la Comisión también ha tomado medidas para simplificar las normas sobre ayudas estatales para los regímenes destinados a fomentar un cambio modal de la carretera al ferrocarril, las vías navegables europeas o el transporte multimodal. Será una gran oportunidad para que los países participantes colaboren en los servicios transfronterizos para aprovechar plenamente esta ayuda financiera.

El mercado intermodal en Europa cuenta con las bases adecuadas para seguir desarrollándose, pero es cierto que es complejo y las circunstancias geopolíticas pueden ser desalentadoras, sobre todo porque se rige por la Directiva de Transporte Combinado, que puede considerarse restrictiva.

Sin embargo, interpretar estas condiciones y normativas forma parte del valor que Efret puede aportar a nuestros clientes. A pesar de algunas percepciones de barreras al desarrollo de la intermodalidad, somos uno de los pocos operadores que realmente entienden el mercado y han establecido relaciones con los principales operadores de toda la región. Tenemos un historial probado de diseño e implantación de rutas intermodales fiables como alternativa viable a la carretera.

Esto significa trabajar en colaboración con múltiples proveedores transfronterizos para ofrecer una solución sin fisuras, a menudo adaptada a las necesidades de nuestros clientes. Esta capacidad se ha reforzado aún más tras la reciente joint venture entre Efret y el Grupo Uniserve, que pone a nuestra disposición aún más recursos y experiencia.

Como ejemplo vivo de nuestra capacidad en este campo, uno de nuestros prestigiosos clientes del sector del automóvil nos ha encargado recientemente que encontremos una solución intermodal para una ruta de gran kilometraje desde España directamente a Turquía.

Nuestro planteamiento consiste en diseñar un sistema controlado que implique un mínimo de transporte por carretera desde la planta de fabricación, en este caso en el noroeste de Madrid, hasta la terminal ferroviaria más cercana. La siguiente fase consiste en trasladar los contenedores por ferrocarril hasta Tarragona y, finalmente, por mar hasta Turquía. Las ventajas son:

• El tiempo de tránsito es compatible con la carretera
• Se pierde menos tiempo en los controles fronterizos debido a los trámites aduaneros
• El coste es comparable al de la carretera
• Apoya iniciativas de descarbonización que ahorran más de 100.000 toneladas de CO2 al año.

Una vez que este sistema esté en funcionamiento, abrirá nuevas oportunidades en términos de posicionamiento de recursos para introducir rutas intermodales adicionales desde Portugal a España, Francia, Polonia y, eventualmente, el Reino Unido.

En conclusión, la revolución para ampliar la huella del transporte intermodal en Europa ya ha comenzado. Depende de nosotros, como proveedores logísticos responsables y de nuestros proveedores con visión de futuro y concienciados con el medio ambiente, aprovechar las oportunidades y no vernos limitados por ideas preconcebidas heredadas.

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